domingo, 16 de noviembre de 2008

Cuento tecnológico

-¿Y tu como sueñas, en amamórfico, en digital o en alta definición?


© Richard Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

Matarilerilerón... ¡Chimpón!

Bajó al fondo del mar y por mucho que buscó no encontró las llaves en ningún lugar.

© Richard Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

La esencia de la fama

-¡Soy la más popular! ¡Soy la más popular!¡¡¡POR FIN SOY LA MAS POPULAR!!! - Gritó Hillary Applegate radiante de felicidad mientras saltaba de alegría dentro del corro de gente curiosa que se cernía alrededor de ella y que se multiplicaba por momentos. Algunos de los allí presentes también gritaban, pero aquello que salía de sus gargantas no eran precisamente un vitoreó ni nada que se le pareciese, todo lo contrario.
Cinco minutos más tarde llegó la policía. No les costó mucho quitarle el cuchillo ensangrentado de la mano. En realidad fue todo muy sencillo. La chica estaba tan feliz, tan pletórica que incluso abrazó y besó a un par de agentes manchándoles el uniforme con la sangre de Aloisa T. Witkin, presuntamente su mejor amiga y rival, que yacía ya sin vida, en el suelo, boca abajo y empapada en un inmenso charco de color escarlata.

© Richard Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Golpes de la vida

Toda su vida tuvo miedo de algo, de pequeño temía a la oscuridad, a los monstruos que habitaban debajo de su cama, incluso a tener pesadillas.
Cuando fue creciendo los miedos fueron cambiando, se convirtieron en miedo a la soledad, a no ser nadie en la vida, etc.
En la edad adulta había conseguido dominar muchos de esos miedos, ya no temía a la oscuridad, sabía a ciencia cierta que debajo de su cama no había monstruos, las pesadillas eran solo sueños, no temía a la soledad porque tenía una familia, y por supuesto no era ningún don nadie, tenía su propia empresa y le iba francamente bien.
Sin embargo un día empezó a escuchar una palabra en todos los medios de comunicación, una palabra aterradora, incluso la gente no dejaba de repetirla en las tiendas, los bares, en la calle. Aquella palabra le devolvió todos sus miedos, y de hecho consiguió que se hiciesen realidad.
Perdió su empresa y su dinero, le abandonó su esposa y se llevó a sus hijos, no podía dormir bien y tenía constantes pesadillas, debajo de su cama se acumulaban montones de facturas sin pagar, como monstruos al acecho, y por si todo esto fuera poco le cortaron el suministro eléctrico por falta de pago, con lo que se quedó en la temida oscuridad.
Y así arropado por todos los miedos de su vida maldijo una y tres mil veces el fatídico día en que escuchó por primera vez la palabra: CRISIS
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© Alegría - 2008 (Todos los derechos reservados)

viernes, 14 de noviembre de 2008

Amor preadolescente

Cómo podría decirte con una sola palabra todo lo que siento. Todos mis sentimientos se funden dentro de mi alma como lava dentro de un volcán a punto de estallar.
Muchas veces me gustaría ser el viento que te acaricie cuando no estés a mi lado.
¿Por qué a veces me haces sufrir tanto? Sólo quiero poder estar contigo, porque tú eres mi estrella, aquella que cuando miro me hace sentir bien. Estás en mi pensamiento, día y noche, a todas horas. Eres la luz que alumbra en mi oscuridad.
Te quiero

© Laura Moya Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

La Incertidumbre

Y el anciano, con voz trémula, les dijo a los niños:
-Hoy tenía un hermoso cuento para contaros, quizás el cuento más hermoso que jamás haya sido creado; un cuento repleto de emociones, amores, risas, lagrimas, temores y felicidad... Pero estoy tan, tan cansado que quizás os lo cuente mañana. Ahora, si me dispensáis, me retiro a dormir.
Se levantó de su silla dejando a los infantes todos sentados en un perfecto círculo, al amparo de la lumbre; había una gran expectación en sus miradas.
El hombre entró en su habitación. Se quitó las ropas y se puso su pijama. Lo hizo con torpeza, tomándose de vez en cuando una ligera pausa. Se acostó, poco a poco, reposando por ultimo su cabeza sobre la superficie de la almohada. Tras apagar la luz de la mesita de noche se sumió en un sueño, un sueño profundo, un sueño del que nunca jamás se despertó.

© Richard Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

Premoniciones

Las premoniciones empezaron un día cualquiera, un día sin nada especial que pudiera presagiar lo que se me venía encima; a partir de aquel día mi vida cambió de una forma brutal.

Lo primero fue tener la certeza de que el teléfono iba a sonar y saber también para quien sería la llamada, a pesar de encontrarnos en aquel momento seis u ocho personas en la habitación, no dude en comentarle a mi amiga que lo cogiese ella porque era su marido. Por aquel entonces no había identificador de llamadas, y todos se quedaron sorprendidos con mi acierto.

Pero aquello no era nada más que la punta de un iceberg, al principio me divertía saber cuando iban a llamar a la puerta, o cuando tal o cual cosa iba a suceder, luego se volvió algo fastidioso, en mi vida ya no había sorpresas.

No sé explicar cómo” veo” las cosas de antemano, no es una imagen que se me aparezca ni nada parecido, simplemente sé lo que va a pasar unos segundos o minutos antes de que ocurra.

Lo peor es que con tan poca antelación no puedo evitar que pasen ciertas cosas, como saber que una señora se va a caer en la calle y no llegar a tiempo para evitarlo. Últimamente siempre “veo” cosas desagradables que le va a pasar a cualquiera que esté a mi alrededor y me siento terriblemente impotente, sobre todo cuando es alguien de mi familia.

Ayer intuí que la madre de mi mejor amiga iba a fallecer, os podéis imaginar mi situación, cómo la llamo y le digo que su madre está a punto de morir, si no lo ha hecho ya? Me arme de valor y marqué el teléfono de mi amiga, como quien no quiere la cosa empecé por preguntarle que hacía y donde se encontraba, me contó que se encontraba en un centro comercial, de compras con su madre, que pensaban comer algo allí mismo y que luego darían un paseo. Seguí interrogándola, le pregunté si su madre se encontraba bien, si se sentía cansada o enferma. Mi amiga sabía de mis premoniciones, se alarmó con mi curiosidad y empezó a bombardearme con preguntas, que había visto y cosas por el estilo, no tuve valor para decírselo y mentí.

La señora se encontraba perfectamente, y desde que tuve la visón hasta aquel instante ya había pasado tiempo más que suficiente para que se hubiera producido, respiré aliviada y di gracias por haberme equivocado, con mejor ánimo me despedí de mi amiga, quedamos en vernos al día siguiente.

Pensé que aquel error bien podía significar que ya no tenía visiones, o que iban en camino de desaparecer. Continúe con mi trabajo, pero no conseguía quitarme de la cabeza la imagen de mi amiga llorando delante de un cuerpo inerte, tumbado en el suelo y tapado con una sábana blanca.

Llegué a casa después del trabajo cansada y nerviosa, me encontraba tensa y decidí darme un baño, justo cuando empecé a llenar la bañera llegó “el flash”, lo vi claramente, la madre de mi amiga cruzando la calle y aquel coche rojo deportivo a toda velocidad…, sentí el impacto como si hubiese sido en mi propio cuerpo. Me quede arrodillada delante de la bañera, sabía que había ocurrido de verdad, no necesitaba que nadie me lo confirmara, y también sabía que poco tiempo después el teléfono sonaría y sería mi amiga llena de dolor.

No respondí a la llamada, ni a esa ni a todas las demás, para que si ya sabía quiénes eran y que querían.

Me pasé la noche en blanco sentada a oscuras en el sofá, y casi al venir el día he tomado la decisión de escribir esto y de lo que haré después.

Si cuento todo esto es porque no quiero que nadie mal interprete lo que voy a hacer, no es por un arrebato de locura, como se podría pensar, ni tampoco es un acto totalmente voluntario. Es simplemente lo que de todas formas va a suceder, lo he visto claramente la noche pasada. Vi la bañera llena de agua caliente, me vi a mi misma con un cuchillo de la cocina y después vi como el agua se teñía de rojo.

Lo que cambia esta premonición con respecto a las otras es que por fin he tenido tiempo para remediarla, he tirado por el balcón todos los cuchillos y objetos cortantes que tenía en casa, he preparado el equipaje y me marcho no se a donde, pero lo más lejos posible… llaman insistentemente al timbre de la puerta, no quiero abrir pero tendré que hacerlo, es la pesada de mi vecina del al lado, si no abro no se marchará……… ha encontrado en la calle los cuchillos y todo lo demás y ha reconocido un abrecartas horrendo que me trajo de unas vacaciones, me lo ha devuelto todo y de camino me ha echado la bronca por el despiste que tengo, esta señora nunca se entera de nada.

Ahora ya no puedo marcharme, pondré a llenar la bañera….

© Alegría - 2008 (Todos los derechos reservados)

sábado, 1 de noviembre de 2008

La última llamada

Una historia real. Una comisaría de policía en medio de los territorios ocupados. Hay una revuelta, el edificio es asaltado y sus ocupantes linchados por la multitud. En medio de la masacre suena un teléfono móvil tirado en el suelo. Uno de los rebeldes lo recoge y contesta la llamada. Es la mujer de uno de los policías que ha oído la noticia de los disturbios y trata de localizar al hombre. El linchador contesta: “Señora, estamos descuartizando a su marido”.





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