viernes, 14 de noviembre de 2008

Premoniciones

Las premoniciones empezaron un día cualquiera, un día sin nada especial que pudiera presagiar lo que se me venía encima; a partir de aquel día mi vida cambió de una forma brutal.

Lo primero fue tener la certeza de que el teléfono iba a sonar y saber también para quien sería la llamada, a pesar de encontrarnos en aquel momento seis u ocho personas en la habitación, no dude en comentarle a mi amiga que lo cogiese ella porque era su marido. Por aquel entonces no había identificador de llamadas, y todos se quedaron sorprendidos con mi acierto.

Pero aquello no era nada más que la punta de un iceberg, al principio me divertía saber cuando iban a llamar a la puerta, o cuando tal o cual cosa iba a suceder, luego se volvió algo fastidioso, en mi vida ya no había sorpresas.

No sé explicar cómo” veo” las cosas de antemano, no es una imagen que se me aparezca ni nada parecido, simplemente sé lo que va a pasar unos segundos o minutos antes de que ocurra.

Lo peor es que con tan poca antelación no puedo evitar que pasen ciertas cosas, como saber que una señora se va a caer en la calle y no llegar a tiempo para evitarlo. Últimamente siempre “veo” cosas desagradables que le va a pasar a cualquiera que esté a mi alrededor y me siento terriblemente impotente, sobre todo cuando es alguien de mi familia.

Ayer intuí que la madre de mi mejor amiga iba a fallecer, os podéis imaginar mi situación, cómo la llamo y le digo que su madre está a punto de morir, si no lo ha hecho ya? Me arme de valor y marqué el teléfono de mi amiga, como quien no quiere la cosa empecé por preguntarle que hacía y donde se encontraba, me contó que se encontraba en un centro comercial, de compras con su madre, que pensaban comer algo allí mismo y que luego darían un paseo. Seguí interrogándola, le pregunté si su madre se encontraba bien, si se sentía cansada o enferma. Mi amiga sabía de mis premoniciones, se alarmó con mi curiosidad y empezó a bombardearme con preguntas, que había visto y cosas por el estilo, no tuve valor para decírselo y mentí.

La señora se encontraba perfectamente, y desde que tuve la visón hasta aquel instante ya había pasado tiempo más que suficiente para que se hubiera producido, respiré aliviada y di gracias por haberme equivocado, con mejor ánimo me despedí de mi amiga, quedamos en vernos al día siguiente.

Pensé que aquel error bien podía significar que ya no tenía visiones, o que iban en camino de desaparecer. Continúe con mi trabajo, pero no conseguía quitarme de la cabeza la imagen de mi amiga llorando delante de un cuerpo inerte, tumbado en el suelo y tapado con una sábana blanca.

Llegué a casa después del trabajo cansada y nerviosa, me encontraba tensa y decidí darme un baño, justo cuando empecé a llenar la bañera llegó “el flash”, lo vi claramente, la madre de mi amiga cruzando la calle y aquel coche rojo deportivo a toda velocidad…, sentí el impacto como si hubiese sido en mi propio cuerpo. Me quede arrodillada delante de la bañera, sabía que había ocurrido de verdad, no necesitaba que nadie me lo confirmara, y también sabía que poco tiempo después el teléfono sonaría y sería mi amiga llena de dolor.

No respondí a la llamada, ni a esa ni a todas las demás, para que si ya sabía quiénes eran y que querían.

Me pasé la noche en blanco sentada a oscuras en el sofá, y casi al venir el día he tomado la decisión de escribir esto y de lo que haré después.

Si cuento todo esto es porque no quiero que nadie mal interprete lo que voy a hacer, no es por un arrebato de locura, como se podría pensar, ni tampoco es un acto totalmente voluntario. Es simplemente lo que de todas formas va a suceder, lo he visto claramente la noche pasada. Vi la bañera llena de agua caliente, me vi a mi misma con un cuchillo de la cocina y después vi como el agua se teñía de rojo.

Lo que cambia esta premonición con respecto a las otras es que por fin he tenido tiempo para remediarla, he tirado por el balcón todos los cuchillos y objetos cortantes que tenía en casa, he preparado el equipaje y me marcho no se a donde, pero lo más lejos posible… llaman insistentemente al timbre de la puerta, no quiero abrir pero tendré que hacerlo, es la pesada de mi vecina del al lado, si no abro no se marchará……… ha encontrado en la calle los cuchillos y todo lo demás y ha reconocido un abrecartas horrendo que me trajo de unas vacaciones, me lo ha devuelto todo y de camino me ha echado la bronca por el despiste que tengo, esta señora nunca se entera de nada.

Ahora ya no puedo marcharme, pondré a llenar la bañera….

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