viernes, 1 de agosto de 2008

Cordón Bleu

En un canapé depositó cristales triturados, en un par fragmentos de herrumbre, en otro una cuchilla, en otro unas gotitas de cianuro, en dos más inyecto virus de Ébola, en el resto escupitajos, mocos, pelos y fluido de pústulas...

Se sentó sobre el taburete y contempló su obra, aquella era una apuesta arriesgada pero seguro que la critica volvería a considerarle (como siempre hacían) un genio, el dios de un nuevo estilo de cocina.

Se levantó muy feliz tomó la bandeja y salió raudo ante su público que le esperaba ansiosos por ser los primeros (y últimos) en probar aquellas maravillas.

© Richard Archer - 2008 (Todos los derechos reservados)

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