miércoles, 30 de julio de 2008

El Cuento Pezón

Se agitaba bajo la red balbuciendo diminutas burbujitas. Tan feliz y tan dichoso que apenas alcanzaba a ver la sombra que sobre él se cernía. Confiado, se dejó coger, se dejó abrazar por una tierna prisión. No sabía leer, no sabía escribir, no sabía hablar, pero una sabiduría misteriosa le decía que había llegado la hora de merendar.

© Pep Bussoms - 2008 (Todos los derechos reservados)

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