martes, 8 de julio de 2008

Sin Remedio

Como aún le quedaba un rato quiso aprovecharlo para escribir un cuento, pero cogió el lápiz y se le acabó la mina. Buscó una pluma y se quedó sin tinta. Consiguió una máquina de escribir, pero se quedó sin papel. Buscó un ordenador, y justo al encenderlo se quedó sin memória, por eso ya no pudo recordar para qué quería el ordenador, la máquina, la pluma y el lápiz.

Así que decidió dejarlo todo y salir a dar una vuelta, y fué entonces que se le acabó el tiempo.

© Pep Bussoms - 2008 (Todos los derechos reservados)

No hay comentarios: